Le pregunto a mi hijo cómo le fue y solo dice: “Bien”
Sep 28, 2025
A menudo, al salir del colegio, los padres interrogamos a nuestros hijos con cientos de preguntas:
"¿Has jugado con Marta?", "¿Qué comiste en el colegio?", "¿Te regañó la profesora?"
El resultado suele ser siempre el mismo: respuestas cortas como “bien” o “mal”. Pero, ¿por qué no conseguimos que nos cuenten más?
El error del interrogatorio
Cuando interrogamos, los niños se sienten arrinconados y agobiados.
Se asemeja a las películas en las que un policía somete a un sospechoso a un duro interrogatorio: presión, luces, y la necesidad de “confesar”.
En la vida real, esto provoca que los niños:
- Respondan solo con palabras breves.
- Inventen cosas para “satisfacernos”.
- Se cierren a compartir experiencias futuras.
¿Por qué es difícil comunicarse con los niños?
- Les resulta complicado expresar una idea de principio a fin.
- Necesitan más tiempo para organizar sus pensamientos.
- Los padres a menudo carecemos de paciencia para escucharles sin interrupciones.
¿Cómo preguntar para que nuestros hijos no cuenten?
1. Encuentra el momento adecuado
Evita la salida del colegio: mochilas, coches y ruido no ayudan a que se abra.
2. Escúchale con atención
Dedica atención total. No cocines, conduzcas o hagas otras tareas al mismo tiempo.
3. Comparte experiencias
Habla de tu día y crea un diálogo bidireccional, no un interrogatorio.
4. Ten paciencia
Permite que se exprese a su ritmo, incluso si titubea o tarda en terminar su idea.
5. Interactúa
Asiente, sorpréndete o entristece contigo mientras cuenta su experiencia.
6. Evita los juicios
Si nos cuenta un error, no lo juzgues todo; esto fomenta confianza para futuras conversaciones.
7. Cambia la forma de preguntar
Evita las preguntas repetitivas o negativas. Mejor opta por opciones como:
-
“¿Has descubierto algo interesante hoy?”
-
“Si mañana fueras el profesor, ¿qué harías en clase?”
Conclusión
Si quieres que tu hijo te cuente su día, escucha, comparte y fomenta un diálogo auténtico. Cambiar la manera de preguntar marca la diferencia y convierte la conversación en un momento agradable y enriquecedor para ambos.